jueves, 1 de junio de 2017

Biografía de Cesar Vallejo por Stephen Hart (Nueva visita)


Insumos para una biografia “multinaturalista” –en este caso– la de un autor tan  importante y ya tan mediagrafiado e icónico como César Vallejo.  Hacia otra perspectiva de biografia en la que se tornarían visibles las identidades múltiples del personaje.  Es decir, una que en vez del secuencialismo historiográfico acostumbrado (Muniz Sodré), guiado por la ficción de la identidad única y por una perspectiva positivista o psiciologista; pueda, más bien, percibir al personaje biografiado en sus múltiples roles o dimensiones y, algo fundamental y prácticamente inexistente en las más conocidas biografias de César Vallejo, en su específicidad cultural o multinaturalista (Viveiros de Castro).
“La cuestión clave del arte y de la poesía nueva es fisiológica” (César Vallejo)

-César Vallejo.  Una biografía literaria [2013] (trad. de Nadia Stagnaro.  Lima: Cátedra Vallejo, 2014), libro sobre el que anteriormente ya escribimos una breve reseña, milita en el “modo anglosajón” de leer la obra del peruano (entre otros: Lambie, Rowe, Higgins, Clayton, Franco y el propio Hart); el cual, en lo fundamental, consiste en un “entendimiento más empírico de los fenómenos de la existencia diaria que fueron empleados por Vallejo para desarrollar el sentido de los poemas” (p.17).  Ahora, sobre todo en su versión original en inglés aunque se filtran también en su traducción, se perciben ciertos tonos en el discurso y hasta muletillas –no es este el lugar para enumerarlos– que permiten tipificar el trabajo del profesor Hart como una biografía –ni evocativa ni, mucho menos, axaltatoria–  sino más bien “judicialista” (Italo Mariconi); es decir, una que se escribe para hacer el juzgamiento moral de la persona biografiada.  Acaso sea el testimonio de Elena Garro, allí, el único que nos pone ante otro color o tesitura dentro del relato harteano.  Por lo tanto, transforma también al lector en un policía; auto-persuadido y ávido de más datos aparentemente irrefutables.  Y aunque Marco Martos nos diga, en la “Presentación”, que esta biografía no es lineal (p.14), sí lo es –basta con repasar el Índice–; lineal, unidimensional y positivista para ser más exactos.
-Sin embargo, incluso tal como está, el presente trabajo constituye el más valioso libro –“acerca de su vida entera” (p.15)– que sobre Vallejo hasta la fecha se haya escrito.  Eso sí, insistimos, la presente biografía pide a gritos una perspectiva simétrica, donde cultura y naturaleza no anden divorciados (Latour), más todavía tratándose de la vida César Vallejo: un trickster o un zorro, hemos dicho ya por ahí, compatible en su fuero más interno –por no decir ontológico o filosófico– con aquella frase tan bonita que acuña Eduardo Viveiros de Castro para referirse al modo de pensamiento y comportamiento amerindios: “A inconstância da alma selvagem” (título de una colección de sus ensayos).  En realidad, tarea pendiente esta última, para cuya concreción  hemos aportado ya un granito de arena con nuestro libro, Trilce: húmeros para bailar, muy en particular, con un capítulo del mismo titulado: “El archipiélago Vallejo: XLVII”; el cual, a modo de dejar constancia de su complicidad, ha merecido un comentario entusiasta por parte del Prof. Amálio Pinheiro de la PUC-SP:
“Para los amerindios de Brasil y sus vecinos el yo también se entrega a los otros múltiples y solo actúa dentro del movimiento de intercambio plural interespecífico: el archipiélago. Tú logras ahí, en contra de las autonomías textuales, un zigzag interno/externo entre los acontecimientos amorosos (y mucho más) y la aventura fónico-gráfica del poema, siempre, por lo tanto, biografemático”
-Entre los numerosos aspectos ventilados por el trabajo de Stephen Hart –y que nos entusiasman– se encuentran aquellos que, por ejemplo, iluminan el pudor –consecuencia de un amor correspondido– para hablar de poesía por parte de Vallejo.  Discreción, distancia, hondo sentido crítico –compatibles con los de Benito Pérez Galdós en sus novelas ante la “poesía” devaluada de su época– en respuesta a una vivencia o experiencia radical: “La reserva de Vallejo sobre su propia obra fue tan extrema que todos –desde Larrea hasta Georgette–  quedaron sorprendidos al ver la cantidad de poemas que dejó a su muerte” (p.201).  Asimismo, aunque Hart no termine de explicárselo ni acierte a explicárnoslo, en algunos pasajes de su obra percatarse de la catadura animal y, por cierto, no menos humana de su biografiado; aquella tan elocuente “pena de un megaterio” ante la dialéctica o pensamiento dominante europeo, aunque sea progresista o de izquierda.  Es decir, una pena a tono con la propia anagnórisis del poeta: “En mi celda leo de cuando en cuando; muy de breve en breve cavilo y me muerdo los codos de rabia, no precisamente por aquello del honor, sino por la privación material, completamente material de mi libertad animal” (p.127).  Y ante la cual  no es suficiente percibir la continuidad de la presencia de los animales en toda esta poesía o, incluso, percatarse del síntoma a través del cual: “we find the humanity in our Animalestar” (Michelle Clayton) cuando se trata construir una biografía de César Vallejo.  No hablamos de zoología o de zoopoética aquí; tampoco, semejante a la del animal, y aunque acaso pueda servir como atenuante para las muchas culpas del poeta, la “bodily inocence” (Clayton) de su existencia.  Más bien, en las huellas del neurólogo Antonio Damasio, y tal como expone Anna Caballé: “la identidad reside en el cuerpo antes que en la mente […] es una cuestión biológica, antes que lingüística o cultural”.  A lo que cabría agregar, para matizarlo y darle una cobertura ontológica y no menos latinoamericana a nuestra lectura de César Vallejo: “es más verdad la geografía que la historia” (Caballé); en referencia a los mitos inscritos en los paisajes en los que hemos nacido, le haríamos decir nosotros.
-En general, el “pacto biográfico” respecto a César Vallejo es ya del todo ambiguo, por no decir insuficiente.  Lo más probable es que Vallejo, tal como Pariacaca, naciera también de cinco huevos.  Obvio, lo anterior, como el negarse el poeta a naturalizarse francés, para nada se trataría de un “fiero nacionalismo” (p.279).  Tampoco se trata, en esto de intentar implementar el multinaturalismo o la perspectiva simétrica para entender mejor a aquél oriundo de Santiago de Chuco, de algo semejante a un “neo-junguismo” (Stephen Hart sobre la narrativa biografista de Juan Larrea).  Por el contrario, se trataría más bien de implementar otra lógica:
“la praxis europea consiste en ‘hacer almas’ (y en diferenciar culturas) a partir de un fondo corporal-material dado (la naturaleza); la praxis indígena consiste en ‘hacer cuerpos’ (y en diferenciar las especies) a partir de un continuo socioespiritual dado: dado precisamente en el mito” (Viveiros de Castro)

Por lo tanto, creemos que para encontrar sentido, y no sólo entre los amerindios, nos queda una enorme tarea pendiente: trascender el positivismo (realismo, historicismo) y la prosopopeya (posmodernidad, “giro lingüístico”) a fuerza de nuestra capacidad metonímica –recíprocamente identificatoria con el objeto– y percepción no sólo radial, sino además multidimensional: concebir la existencia de cada uno como un “mil hojas”, a pesar de que acaso alguna de ellas se halle opaca, de capas vivas.  Y esto vale también para el arte de fabricar una biografía.

miércoles, 17 de mayo de 2017

Amalio Pinheiro respecto a nuestro “archipiélago” vallejiano


Mi amigo, este es un excelente análisis. Para los amerindios de Brasil
y sus vecinos el yo también se entrega a los otros múltiples y solo
actúa dentro del movimiento de intercambio plural interespecífico: el
archipiélago. Tu logras ahí, en contra de las autonomías textuales, un
zigzag interno/externo entre los acontecimientos amorosos (y mucho
más) y la aventura fónico-gráfica del poema, siempre, por lo tanto,
biografemático. Supéranse así los sociologismos identitários y los
formalismos. Interesante, de otra parte, como la palabra o el nombre
Trilce, fuera todo lo demás, es también una pauta o anagrama
gráfico-sonoro en palimpsesto que incluye los nombres de sus amantes:
Otilia, Rita, Mirtho… Y tantos otros pájaros y bailes.
De paso quiero decir que mi “Vallejografía” fue hecha como un
archipiélago barroco-rotatorio. Yo pensaba en el significado tupí de
la palabra “samambaia” (helecho): “Lo que se tuerce en espirales
arriba-abajo”.
Si quieres, me puedes poner esto en los comentarios? No supe hacerlo.
Mi mejor abrazo. Amálio.

 http://blog.pucp.edu.pe/blog/granadospj/2017/05/10/el-archipielago-vallejo-trilce-xlvii/

miércoles, 10 de mayo de 2017

EL ARCHIPIÉLAGO VALLEJO: Trilce XLVII


Insumos para una biografia “multinaturalista” --en este caso-- la de un autor tan importante y ya tan mediagrafiado e icónico como César Vallejo.  Hacia otra perspectiva de biografia en la que se tornarían visibles las identidades múltiples del personaje.  Es decir, una que en vez del secuencialismo historiográfico acostumbrado (Muniz Sodré), guiado por la ficción de la identidad única y por una perspectiva positivista o psiciologista; pueda, más bien, percibir al personaje biografiado en sus múltiples roles o dimensiones y, algo fundamental y prácticamente inexistente en las más conocidas biografias de César Vallejo, en su específicidad cultural o multinatural.

http://blog.pucp.edu.pe/blog/granadospj/wp-content/uploads/sites/97/2017/05/EL-ARCHIPI%C3%89LAGO-VALLEJO-1.pdf


miércoles, 19 de abril de 2017

Vallejo en Activado


[Podría salirme de Vallejo]
Podría salirme de Vallejo
Del estudio donde estudio
Su sonrisa
Y como siguiendo una cola de ratón
Derramar el pocillo para otro lado
Clavo y canela
Avena densa que poco a poco empapa
Y cubre el lienzo que te cubre
A lo lejos tu cabeza pequeña en el naufragio
De cerca tus labios comiendo despacio su avena
Todos tus padres muertos
Todas tus madres de igual modo
El único ser humano recién varado
Desde el vientre de un mango-papayo
Te cortas la respiración
Para no cortar con el poema
Para seguir para sembrar los bichos
Y las alimañas directamente contra tu cuerpo
Para probar hasta dónde resisten
Las alimañas que mueren
Contra el único ser humano vivo
(quedan otros pero eres tú y no otros)
Quedan otros en las sombras como todos
Levaduras de sombra, cojones  y corazón.

sábado, 15 de abril de 2017

El “Cholo” Vallejo en agonía (A los 79 años de su sensible fallecimiento)



Qué inútiles tus pasos tan lejos de mi adolorida y lacerada espalda.  De tu chuchita todavía sin desbravar.  Sobre mis hombros se halla siempre el lugar de tus torneadas piernas.  Y la pose que más me gusta, tanto como a ti, es la del perverso pollito.  Entre estas imágenes deliraba Vallejo en su lecho de enfermo y justo a un par de días de irse.  De irse, pero no venirse sobre la enfermera de origen argelino que le hacía recordar a su Otilia limeña.  Tupidas cejas, entrenzadas y muy amplias; labios carnosos y siempre como en actitud de inflar un globo de feria.  Absolutamente, cejas y labios,  impúdicos para su tierna edad.   Vallejo desvirgó a ambas.  Es decir, a Otilia en la realidad; a su joven y diligente enfermera, Cardonia, sólo en el delirio de la fiebre.   De esta manera aquella eterna habitación en el solar de “El Chirimoyo”  --de los criollos Barrios Altos, distrito colindante al centro  de Lima-- pasaba a adosarse a la aséptica de la parisiense Clínica Arago; y luego a confundirse por entero con ella.  Y, aunque efímeras, en las contadas y casi imperceptibles treguas que le dio  su postrer agonía, el “Cholo” fue de veras un hombre  muy, muy feliz.   
 Nueva novela breve sobre el poeta César Vallejo, esta vez  en Foz do Iguaçu (Paraná, Brasil); y también, paralelamente, sobre Juvenal Agüero.  ¡Fozi Lady! continúa la saga de Prepucio carmesí y otras novelas cortas (Lima: Tribal, 2013).
 

miércoles, 12 de abril de 2017

César Vallejo: Tiempo de opacidad


Comunicación en la PUC-SP (28 de marzo último), invitado por el Grupo de Pesquisa “Barroco e Mestiçagem” que coordina el Prof. Amalio Pinheiro, conmigo en la foto; quien, además de constiuirse en el más importante vallejólogo brasileño actual  [César Vallejo: o abalo corpográfico, César Vallejo a dedo (tradução), “Prólogo” a Trilce: húmeros para bailar], ha ido elaborando un pensamiento de extraordinaria importancia para los estudios culturales, transárea y propiamente de mestizaje en toda nuestra región:


http://www.pucsp.br/barroco-mestico/pensamento.html

jueves, 16 de marzo de 2017

Extraordinario hallazgo: Carta natal de César Vallejo


Tiene usted una mente sintética, capaz de concentrar el sentido de un libro en una sola frase, el sentido de muchos libros en una sola página. Es por eso que usted impresiona con sus certeras frases, que resumen toda una situación o desarrollan toda una estrategia, juego para el que usted está naturalmente dotado. Usted ve lejos y grande, lejos y fuera, y todo lo que es extranjero tendrá una gran importancia para usted desde su juventud, y los viajes tendrán una importancia decisiva para su formación profesional y espiritual. Porque es posible que usted encuentre en el extranjero lo que su país a veces le niega: el reconocimiento, la instrucción, la cultura, el trabajo, y usted es capaz de aprovechar al máximo su estadía en otro país para realizarse y renovarse, regresando transformado al suyo propio, si es que decide regresar. Cuando por alguna razón usted siente que ha agotado un período, para bien o para mal, le haya ido bien o le haya ido mal, es capaz de terminar con todo lo que lo ligaba a esa vida, y comenzar de cero en otro lugar. Renace pues de sus cenizas como el Ave Fénix, para comenzar una vida nueva, cuando todo el mundo lo daba por terminado. Este es un rasgo extraordinario que le permite tener muchas vidas, cambiar varias veces de orientación profesional, de amigos, de país, manteniendo sin embargo muchas fidelidades. A veces, lamentablemente, deja usted transparentar una altiva autosuficiencia que suele ganarle antipatías, y enemigos, y esto puede dificultar e incluso obstruir el reconocimiento de sus méritos. Usted suele estar dotado de magnetismo y carisma, y a veces lo acompaña un cierto sentimiento trágico de la vida; pero no suele ser pesimista, y algunas veces tiene una visión aguda, y hasta profética, de la sociedad y de la historia.
Usted es excesivamente sentimental. Dotado de una sensibilidad rica, vibrante y generosa a flor de piel, y de una emotividad que sigue estas mismas características, se emociona sin poder evitarlo por los acontecimientos buenos o malos, grandes o pequeños que ocurren tanto en su vida, como en este bajo mundo. No es de ningún modo indiferente a las miserias, injusticias y dolores que la gente sufre, y le gustaría hacer algo para remediarlo, aunque sea contribuir con su granito de arena a que esto se arregle. Porque es básicamente optimista, y tiene una confianza final en la bondad intrínseca de la naturaleza humana, para la que tiende a buscar explicaciones y justificaciones. Hay en usted un deseo, un poco ingenuo, de que todo termine bien, como en una película americana, y que las maldades de las que adolece este mundo no sean sino un mal sueño, de ahí que algunas exhortaciones suyas a la paz y a la armonía puedan caer en saco roto, en momentos de crueldad e incertidumbre. Usted es a veces de un gusto excesivo, colorido, barroco, e inclinado a cierto melodramatismo un poco teatral, y puede ser criticado por tener un gusto un poco disparatado, a veces huachafo, y en ocasiones grotesco. Pero también puede pasarse al campo contrario, al de la excesiva exquisitez y refinamiento en la expresión y la apariencia, pues ambos son caras de la misma moneda. Pero siempre tendrá un corazón acogedor y cálido.
Es usted un individuo que practica un humanismo acogedor, pero un tanto turbulento, y que suele estar atraído por los insondables misterios del alma humana. Es profundamente intuitivo, con un olfato especial para la gente, y una gran penetración psicológica, de modo que no es fácil engañarlo. Se siente, curiosamente, atraído por las zonas oscuras, sórdidas y miserables de la condición humana, y no por un instinto morboso, sino más bien por la compasión que esto despierta por usted, y por el sentimiento de que la grandeza del ser se mide en la desgracia, antes que en el bienestar y la alegría. Generalmente siente una intensa atracción por los mundos nocturnos, subterráneos, donde se desnudan las pasiones humanas, las gentes se despojan de sus máscaras, y se revelan en sus virtudes y miserias. Su vida puede conocer grandes altibajos, pero, de alguna manera, usted estará siempre cerca del dolor humano, sea porque tendrá que atravesar algunas duras pruebas, que pueden llevarlo a frecuentar prisiones y hospitales, sea porque las contingencias sociales lo lleven a situaciones conflictivas. En algunos casos, amor y muerte se darán la mano, llevándolo a vivir momentos de erotismo que tendrán un valor trascendental e incluso místico, debido a su especial sensibilidad.
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Desconocida hasta ahora (dos hojas con fechas, respectivamente,  15 y 19 de noviembre de 1918), aunque filtrada por manos confiables a este blog, la autora de esta carta astral es Zoila Pajares, viuda de Villanueva, madre de la famosa Otilia Villanueva Pajares.  Iniciada aquélla en las ciencias ocultas, a imitación de Madam Blavatsky, desde adolescente y en su terruño,  Cajamarca. Por lo tanto, completaría y justificaría el real motivo por el cual el poeta se ligó de tal manera a ambas o a aquella casa.  La hija le deparaba un amor “apasionado, vehemente, incontrolable” (Juan Espejo Asturrizaga); mientras la madre, aunque honrada y púdica, hondamente  le comprendía.  Y, no menos, también el motivo  –no únicamente el anecdótico del embarazo, decepción y posterior fuga de Otilia– por el cual se desligó de  aquella familia de modo tan abrupto o intempestivo.  La madre sabía muy bien quién era César Vallejo y el inevitable dolor que venía para la novia.  Intentó, desde un inicio aunque  muy a pesar suyo,  alejar al poeta de la vida de su menor hija.  El viaje o los viajes, con Vallejo solo, aparecía por todo el ámbito del radix.  Que sepamos, el cholo desconoció esta –su propia– íntima misiva.